La vida de Dani Alves, ha dado un giro de 180 grados que pocos podrían haber anticipado. Lejos de los campos de fútbol y de los titulares polémicos que marcaron sus últimos años, el exjugador del FC Barcelona ha reaparecido en un escenario completamente inesperado: el púlpito de una iglesia evangélica en Girona.

Un video que se ha viralizado en redes sociales muestra a un Alves ferviente, micrófono en mano, compartiendo un testimonio de fe ante una congregación de la Iglesia Evangélica Elim. En su discurso, habla de haber hecho "un pacto con Dios" durante su tiempo en prisión, una etapa que describe como un punto de inflexión en su vida. "Hay que tener fe, yo soy la prueba de eso. Lo que Dios promete es lo que cumple", expresó ante los fieles.

Esta transformación no parece ser un acto aislado. En su perfil de Instagram, Alves ya no se presenta como atleta, sino como "Discípulo de Cristo Jesús", y sus publicaciones están repletas de versículos bíblicos y reflexiones espirituales. Este cambio radical se produce tras un período tumultuoso, marcado por su detención y posterior condena por agresión sexual, una sentencia que fue revocada en marzo de 2025 por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que señaló inconsistencias en la declaración de la denunciante.